jueves, 30 de junio de 2011

Ya libre, y en Argentina, sigo la lucha

El 4 de mayo, momento en que debían dejarme en libertad, me estaban esperando a la puerta de la cárcel funcionarios de Extranjería, que me esposaron y me llevaron a una comisaría de Castellón, donde me arrojaron a una celda y al rato trajeron a un tunecino, ladrón profesional y reincidente, que esa noche, cuando me dormí me robó las dos galletas pastosas y húmedas que guardaba para desayunar.
Un día después me llevaron ante un juez, ante quien dije que estaba conforme con que me expulsaran a Argentina, donde está mi querido hijo, ahora de 11 años, que dejé de ver durante los seis años que cumplí de condena.
Me recluyeron en el Centro de Internamiento de Extranjeros, una cárcel más severa que las cárceles donde estuve, a donde envían a todos los extranjeros que serán expulsados. Allí estuve 13 días, hasta que me esposaron y me subieron a un avión que me trajo de vuelta en vuelo sin escalas.
Al arribo me esperaba un policía de civil. Debí esperar a que bajaran todos los pasajeros y, ya saliendo, me ex mujer y mi hijo me estaban esperando.
Ahora me muevo tratando de que se revise mi causa. Este blog tiene ahora esa finalidad. Acá iré publicando las novedades que se produzcan con relación a esta lucha, pero, más importante, iré desgradando las ideas que propongo, buscando apoyo de la gente, tratando de mejorar el funcionamiento de la Justicia.

lunes, 11 de abril de 2011

Carta al ministro de Justicia

Enviada junto con mi Defensa-Denuncia.




E. P. de Castellón II, 29 de diciembre de 2010


Sr. Ministro de Justicia
D. Francisco Caamaño
De mi consideración:

Al poner en sus manos la denuncia que acompaño lo hago pensando que podrá resultarle indiferente, provocarle un dolor de cabeza o resultarte un elemento para mejorar el servicio de Administración de Justicia en beneficio de los ciudadanos.
Con fecha 21 de junio he enviado la misma denuncia al juzgado penal de guardia, y con fecha 23 de noviembre a la Fiscalía Anticorrupción, el CGPJ, el Tribunal Supremo, la Audiencia Nacional y la Fiscalía del Estado. El Juzgado de Instrucción 18 de Valencia, donde recayó, la archivó; la Fiscalía Anticorrupción respondió que la ley le impide tornar conocimiento, y aún aguardo respuesta de los restantes altos tribunales.
No me extenderé aquí en la descripción de los hechos denunciados, ya que obran, junto a las pruebas que constan en el sumario y acompañan este escrito. Sí quiero resaltar que la inusitada gravedad de los mismos arroja una siniestra sombra sobre el funcionamiento de la Administración de Justicia, comenzando por la investigación policial y finalizando en las sentencias.
Su extremada gravedad, ya que implican hasta varios delitos perpetrados en sede judicial tendentes a beneficiar a un delincuente y condenar al inocente que lo capturó y a cada paso del proceso impidió su indebida libertad, plantean la extrema urgencia de verificar la veracidad o no de esta denuncia. Por ello, no en mi rol de preso, sino de ciudadano inocente que ha sido víctima de tantos y tales manejos, considero imprescindible ponga esta denuncia en manos de funcionarios que de inmediato se aboquen a verificar la veracidad o no de mis dichos.
Si, como es inevitable, mi denuncia se demuestra veraz, verá usted que es imperativo que el propio Estado, responsable de mi seguridad y de la vigencia del Estado de Derecho, me designe un abogado idóneo y experimentado para tramitar mi inmediata libertad cautelar, disponga la realización de un nuevo juicio con todas las garantías y una investigación que deslinde responsabilidades y conduzca a establecer todas las consecuencias, incluso penales, que derivan. Y, más importante, que el análisis en profundidad de la causa lleve a determinar cómo y por qué han sido posibles estos hechos y actitudes, a los efectos de propugnar las medidas correctivas que se desprendan, ya sean judiciales y/o legislativas, y a asumir y corregir la raigambre anti y preconstitucional que los permite y fomenta.
Señor ministro. No soy un desaforado que desconoce la gravedad de la denuncia que formula, sino que soy consciente de la gravedad institucional que implica, y mis actos están destinados a demostrar mi inocencia y enfrentarme, desde mi precaria posición, contra las asentadas formas de injusticia que nos han arrojado a mí y a mi familia a esta irreparable situación.
Como ciudadano inocente reclamo un juicio justo y mi inmediata libertad. Como ser humano que, comprobados mis dichos, el Estado español se aboque a corregir la situación de extrema debilidad y pauperismo a que fue arrojada mi familia como consecuencia de ser yo el sostén familiar que perdieron por los hechos que mi investigación sacó a la luz y aquí denuncio.
Si la impiadosa destrucción de que ha sido objeto mi familia nos permite dejar en este país, cuna de nuestros antepasados, una huella positiva de nuestro paso, consideraé que nuestro martirio ha servido de algo. Si no es así, no será nuestra responsabilidad, sino de quienes, con las pruebas en sus manos, hacen oídos sordos a ellas.
Sea como sea, la maravillosa esposa que por esta causa he perdido, y yo, le habremos dejado a nuestro hijo el ejemplo de seres humanos que han luchado, en medio de circunstancias dramáticas, por la verdad, la justicia y el propio honor.
Con mis respetos por su gestión como Ministro de Justicia.

José Roberto Pascual Mosconi

Módulo 1 ‑ NIS 2005007758
C/c al señor presidente D. José Luis Rodríguez Zapatero

lunes, 21 de febrero de 2011

No soy anónimo, pero me adhiero y me cuento entre los indigandos


Es que juntos venceremos el frío de la indiferencia

Sueños

Sueños


Sueño
que los otros son
el enemigo.
Claramente veo a los culpables
de mi rostro, de mis manos,
de mis gestos.
Del amor que no tuve,
de los años que perdí.
Del horror.

Y despierto.


Sueño
que yo soy mi enemigo.
Yo modelo mi rostro,
mis manos, mis gestos,
mi vacío. Mato mi amor,
desperdicio mis años,
forjo mi soledad

y despierto.

Sueño.
Una mujer llora
mientras camina bajo la lluvia.
Un niño ensimismado
y solitario
mira la palma de sus manos

y despierto.


Sueño.
Un anciano sin rostro
aferrado a un palo
camina ciego y repite su letanía...
Si juzgaste serás juzgado.
Si condenaste te condenarán.
Si no perdonaste no serás perdonado.
Cuando tu camino termine
sólo verás
tu rostro
en el espejo.

Y despierto.

(2007)